«Golden Sings That Have Been Sung», tercer disco del estadounidense Ryley Walker, ya está en la calle. Se publicó el viernes, 19 de agosto, y abre un nuevo capítulo en su álbum de estilo. Resumiendo, sería la obra que lo posiciona más como un «frontman» de indie rock que como uno de folk-jazz. También el que, además de reafirmar sus méritos como cantante y guitarrista, añade los que tiene como compositor. Aquel en el que suena más como él mismo, cortadas las amarras con los manierismos de Tim Buckley o el eco de John Martyn.
El más ambicioso, confiado y original, cero derivativo. Fluido, Walker saca a la superficie en estas flamantes canciones esa polinización entre folk, jazz, blues y psicodelia a la que hasta ahora accedía desde una mayor oscuridad. Vendrá a presentarlo en noviembre, con siete actuaciones que pasarán por Vic (el día 19, en el festival Foramuralla), Barcelona (el 20, Sidecar), Valencia (el 21, en Loco Club), Cádiz (el 22, Aulario La Bomba), Madrid (el 23, Siroco), Vigo (el 24, La Iguana) y San Sebastián (el 25, Kutxa Kultur Kluba).
