Humedal

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Vista aérea del parque nacional de Ujście Warty cerca de Kostrzyn nad Odrą en Polonia.
Laguna de Rocha, el humedal más grande la Cuenca Matanza-Riachuelo[1]

Un humedal es una zona de tierra, generalmente plana, cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitente.[2]​ Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y da lugar a un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres.

Considerando que el concepto fundamental de un humedal, chucua[3]​, o zona húmeda no es el agua como tal sino la "humedad", se puede hablar de "ecosistemas húmedos" interdependientes de las aguas, ya sean superficiales o subterráneas.

La categoría biológica de humedal comprende zonas de propiedades geológicas diversas como ciénagas, esteros, marismas, pantanos, turberas, así como las zonas de costa marítima que presentan anegación periódica por el régimen de mareas (manglares).[4]

Además de ser ambientes y ecosistemas muy importantes en la actualidad, los humedales fueron también muy comunes a lo largo de la historia de la Tierra, pues muchas rocas sedimentarias han sido interpretadas como formadas en antiguos humedales, tanto de agua dulce[5]​ como costeros.[6]

El Día Mundial de los Humedales se celebra cada 2 de febrero, desde que en 1971 se llevara a cabo la Convención de Ramsar.

Desde el año 1700, la humanidad ha destruido el 87% de los humedales del planeta.[7]​ Desde el año 1900, la humanidad ha destruido el 64% de los humedales.[7]

Definición[editar]

El Convenio de Ramsar define a los humedales como:

Humedal El Chaparro - Ciudad de Neiva (Huila - Colombia)
Humedal El Chaparro - Ciudad de Neiva (Huila - Colombia) [19]
Pantanos de Centla, en Tabasco, México: el humedal más extenso de América del Norte y uno de los 15 más importantes del mundo.

"Un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan."[8]

Según el artículo 1 del párrafo 1, se consideran humedales,

“Las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.[8]

Asimismo, contenido en el artículo 2 del párrafo 1, se estipula que,

“Podrán comprender sus zonas ribereñas o costeras adyacentes, así como las islas o extensiones de agua marina de una profundidad superior a los seis metros en marea baja, cuando se encuentren dentro del humedal”.

Características[editar]

El carácter distintivo de los humedales está en la escasa profundidad del nivel freático, con la consecuente alteración del régimen del suelo. La vegetación específicamente adaptada a estas condiciones se denomina hidrófita, cuando se ubica sobre zonas inundadas de agua; y freatofita cuando estas zonas se ubican sobre zonas de agua oculta (criptohumedales); en estos casos se reemplaza a las especies terrestres normales.

Las peculiaridades del entorno hacen que la fauna presente sea por lo general endémica y netamente diferenciada de las zonas adyacentes; grandes familias de aves y entornos de este tipo.

La función principal del humedal, aparte de ser un gran ecosistema y un importante hábitat para muchos seres vivos, es que actúan como filtradores naturales de agua, esto se debe a que sus plantas hidrófitas, gracias a sus tejidos, almacenan y liberan agua, y de esta forma comienzan con el proceso de filtración. Antiguamente los humedales eran drenados por ser considerados una simple inundación de los terrenos, pero hoy en día se sabe que los humedales representan un gran ecosistema y se los valora más.[9]

Los humedales son diversos según diferencias existentes a nivel regional o local, en la topografía, hidrología, vegetación y otros factores como la actividad humana..

Hidrología[editar]

La hidrología de una zona húmeda está asociada con la dispersión temporal y espacial, flujo, y atributos fisicoquímicos de su agua superficial y subterránea. Basados en la hidrología, las zonas húmedas se pueden categorizar como Zona ribera (asociada a ríos), lacustre (asociada a lagos y reservas), y palustre (aisladas, sin corriente de agua).

Los flujos hidrológicos de entrada en una zona húmeda son fundamentalmente por precipitación, agua superficial y agua subterránea, mientras que los de salida son la evaportranspiración, escorrentía, y movimiento de aguas subterráneas.[10]

La salinidad juega un papel clave en la química del agua de las zonas húmedas, especialmente aquellas situadas en la costa, y en regiones con grandes déficits de precipitación.[11]​ En las zonas húmedas de no ribera, la salinidad natural se regula por las interacciones entre las aguas superficiales y subterráneas, que pueden estar influenciadas por la actividad humana.[12]

Suelo[editar]

La mayoría de nutrientes, tales como azufre, fósforo, carbono y nitrógeno se encuentran en el suelo de las zonas húmedas. Según si se produce una respiración aeróbica o anaeróbica en el suelo influirá en los ciclos de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno del suelo,[13]​ y la solubilidad del fósforo,[14]​ contribuyendo a cambios químicos en el agua.

Biodiversidad[editar]

Las zonas húmedas cubren una parte relativamente pequeña de la superficie de la Tierra. Aun así, son unos ecosistemas ricos en biodiversidad. Las zonas húmedas costeras como los manglares, los arrecifes de coral, estuarios y praderas marinas tienen las comunidades más productivas y biológicamente diversas del mundo.[15]​ Sin embargo, el papel de las zonas húmedas como reservas de biodiversidad está amenazado, ya que son un ecosistema que se está perdiendo y degradando a un ritmo más rápido que cualquier otro[16]​ (desde 1900, se han perdido más del 64% de zonas húmedas de todo el mundo).[17]

Algunas especies de fauna y flora son completamente dependientes de las zonas húmedas,[15]​ como es el caso del fartet, un pez de agua dulce que sólo vive en zonas húmedas litorales de la costa mediterránea ibérica y está amenazado de extinción.

Flora[editar]

La vegetación que podemos encontrar en una zona húmeda son las plantas acuáticas o hidrófitas, que son aquellas adaptadas a los ambientes acuáticos. Se pueden diferenciar 4 categorías: las emergentes están arraigadas en el suelo inundado pero la mayor parte está fuera del agua (boga, phragmites); las plantas con hojas flotantes son las que tienen las raíces fijadas al suelo sumergido, pero las hojas flotante (Nimfea); las sumergidas están completamente sumergidas y son las más adaptadas a los ambientes acuáticos (miriofile); las flotantes flotan completamente con las raíces libres en el agua, pueden presentar una morfología muy reducida y como no tienen raíces fijadas al sustrato, han de absorber los nutrientes directamente del agua (salvinaceas, lechuga de agua).[18]

Fauna[editar]

  • Mamíferos: sólo unos 100 mamíferos son estrictamente dependientes de zonas húmedas[11]​,[19]​ incluyendo algunos de los mamíferos más pequeños del mundo como algunas especies de musarañas, algunos de los más grandes del mundo como los hipopótamos, o de otros también conocidos como las nutrias, los castores, los visones o la rata almizclera.[20]
  • Pájaros: más de 1800 especies de aves tienen cierta dependencia de las zonas húmedas.[11][19]​ Algunos grupos son los colimbos, los somormujos, los pelícanos, los cuervos marinos, los anseriformes (patos, gansos, cisnes), los limícolas, etc[21]
  • Anfibios: se han descrito más de 5000 especies en todo el mundo, todas ellas dependen de zonas húmedas de agua dulce (a excepción de algunas especies que pueden tolerar agua salobre) en algún momento de su ciclo biológico.[19]​ La mayoría de anfibios adultos se alimentan de invertebrados, por lo que son un enlace importante en la red trófica entre insectos y otros vertebrados.[22]​ Son animales muy sensibles a cambios en la calidad de los hábitats terrestres y acuáticos que habitan, ya que tienen una piel semi-permeable y presentan etapas del ciclo biológico diferentes. Debido a esta alta sensibilidad, los anfibios son utilizados como bioindicadores para saber la calidad ambiental de un hábitat.[23][24]

A pesar de su importancia, las tierras húmedas en todo el mundo se encuentran amenazadas. Estos peligros provienen de la conversión intensiva a la agricultura o acuicultura, desarrollo industrial, cambios hidrológicos artificiales o degradación por medio de la explotación excesiva. Siendo este uno de los temas más importantes de cara a su futura conservación.[25]

Clasificación[editar]

Recinto de aves acuáticas en el humedal de Tuchlovice, en la República Checa.
Humedales del río Santa Lucía, en Montevideo, Uruguay.

Se pueden establecer varios criterios para clasificar los humedales, en función de los objetivos que se persiguen o de los estudios en los que se basen: criterio morfológico (general, principalmente para divulgación), hidrogenético (según el origen y usos del agua, para demandas de agua), funcional (ecológico, según sus hábitats, para conservación medioambiental); o los criterios estructurales (desde el punto de vista de gestión), etc.

Tipos morfológicos[editar]

Desembocadura del río Massa, en el centro del parque nacional de Souss-Massa, en Marruecos.

En 1989 fueron clasificados más de treinta humedales naturales y nueve artificiales. A pesar de ello es posible identificar cinco grandes tipos morfológicos de sistemas de humedales:[26]

  • Marinos, son aquellos que no son afectados por caudales fluviales. Ejemplo de ellos son los arrecifes de coral y litorales.
  • Ribereños, son aquellas tierras inundables frecuentemente por el desbordamiento de los ríos. Ejemplo de ellos son los bosques anegados, lagos de meandro y llanuras.
  • Estuarios, son aquellos donde los ríos desembocan en el mar y el agua de estos alcanza una salinidad media entre el agua dulce y salada. Ejemplo de estos son los deltas, marismas y bancos fangosos.
  • Lacustres, son aquellas zonas cubiertas de agua permanentemente con baja circulación. Ejemplo de ellos son los lagos glaciales de volcanes y lagunas en general. Existen las lagunas costeras, como el claro ejemplo del Mar Menor, que son ecosistemas muy singulares y que precisan de la máxima protección.
  • Palustres, son aquellos ecosistemas que contienen agua casi permanentemente como las marismas, pantanos y ciénagas.

Tipos estructurales[editar]

Desde el punto de vista estructural, se puede diferenciar los tipos de humedales basados, por una parte, en el criterio hidrológico de la estructura externa o de superficie; y por otra parte, en el criterio hidrogeológico que comprende la estructura interna o de conexión subterránea. Al conjunto de estos dos aspectos, también puede entenderse como criterio "hidrológico-estructural".[27]​ Son:

  • Criterio estructural hidrológico (Aspectos externos):
    • Hidrohumedal: presentan casi siempre lámina de agua aflorante (prácticamente durante todo el año)
    • Higrohumedal: presentan casi siempre lámina de agua oculta (prácticamente todo el año)
  • Criterio estructural hidrogeológico (Aspectos internos):
    • Epigénicos: desvinculada su estructura de flujos subterráneos localizados próximos.
    • Freatogénicos: vinculada su estructura a flujos subterráneos localizados próximos.

Y dentro de los humedales freatogénicos, según sus ámbitos hidrogeológicos de flujo, que es por lo que se consideran "ecosistemas húmedos" interdependientes de las aguas subterráneas (es decir pueden ser generados por estas y a su vez aquellos pueden también generarlas, en función del gradiente hidrogeológico, en el espacio y tiempo), se pueden subdividir en otros 3 grupos:

  • Humedales de recarga (en los umbrales piezométricos localizados de recarga): Navas, charcas de infiltración, tramos de recarga fluviales, etc..
  • Humedales de tránsito (en las zonas de circulación de flujo subparalelo al terreno o tendencia plana): Criptohumedales continentales, criptohumedales litorales, lagunas de lámina aflorante, etc..
  • Humedales de descarga (en las zonas de convergencia de flujo hidrogeológico): Encharcados manantiales, descargas de fondo, áreas de rezume, etc..

Por lo que, combinando entre sí ambos conjuntos de nomenclaturas, para sendos criterios externos e internos, resultarían 7 tipos hidrológico-estructurales:

  1. Epigénico exclusivo: salinas costeras, albuferas, embalses, balsas, etc..
  2. Hidrohumedal de recarga: lagunas de infiltración, arrozales, ríos filtrantes, etc..
  3. Hidrohumedal de tránsito: lagunas esteparias, charcas freáticas, tablas de agua, etc..
  4. Hidrohumedal de descarga: surgencias manantiales, lagunas fluviales, lagunas costeras,charcas manantiales, salinas de interior, rezumes, etc..
  5. Higrohumedal de recarga: navas de montaña, charcas en ramblas permeables, etc..
  6. Higrohumedal de tránsito: criptohumedales continentales, criptohumedales litorales, etc..
  7. Higrohumedal de descarga: surgencias kársticas estacionales (trop plein), extrusiones kársticas, etc.

Conservación[editar]

Si bien la conservación de los humedales estuvo favorecida hasta épocas recientes por la dificultad para habitarlos, los proyectos de terraformación recientes constituyen un grave riesgo para las especies endémicas. La biodiversidad de los humedales los convierte en un recurso ecológico crucial. En el año 1971 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) formuló un listado de humedales.

La tasa de pérdida de humedales de al menos un 70% de los humedales del mundo por cada 100 años ha disminuido en Europa y se ha mantenido baja en Norteamérica. Sin embargo, en Asia se ha mantenido la tasa, donde el cambio de uso de suelo a gran escala ha continuado destruyendo los humedales. No hay evidencia concluyente sobre si la inversión pública de diferentes Estados partícipes de la convención de Ramsar ha podido paliar las tasas de cambio de uso del suelo que amenazan a los humedales del mundo. Existe una necesidad de mejorar el conocimiento del cambio de uso de suelos a nivel mundial, particularmente en África, Oceanía y las zonas tropicales de América.[28][7][29]

La mitad de los ríos, humedales y acuíferos españoles están en mal estado.[30]

Proyectos de conservación en humedales[editar]

En América Latina[editar]

  • Proyectos de conservación en el Pantanal de Brasil, el pantano de agua dulce más grande del mundo, por intermedio del Programa de Desarrollo del Noroeste y el Proyecto Nacional del Medio Ambiente de ese país.
  • Proyectos de Prevención, Mantenimiento y Conservación de los humedales a nivel nacional, Colombia.


En Chile[editar]

  • En la ciudad de Llanquihue, se están llevando a cabo proyectos de conservación y restauración de humedales urbanos por parte de la Fundación Legado Chile,[31]​ financiado en parte por la plataforma de conservación Pic Parks.[32]

En Argentina

  • Buenos Aires-Alberti-Laguna con Flamencos., Argentina
    En la Provincia de Santa Fe, en pleno litoral y con el río Paraná como protagonista se encuentran numerosos ecosistemas[33]​ de gran biodiversidad desarrollados en zonas que se inundan periódicamente, estos humedales cumplen un rol importante como la reserva de agua dulce. Están en un rango internacional como humedal,[34]​ el sitio Ramsar Delta del Paraná.[35]

Políticas, procedimientos y lineamientos para el manejo de los humedales[editar]

Del Banco Mundial[editar]

  • El documento de política más importante es la Directiva Operacional 4.00, Anexo D: "Wildlands: Their Protection and Management", que considera a los humedales como tierras silvestres de particular importancia.
  • Los procedimientos del Banco Mundial, son apoyados por tales políticas internacionales como la Convención RAMSAR, que alienta a sus países miembros a señalar importantes humedales dentro de sus fronteras para una lista de áreas apreciadas por sus características biológicas y otras de interés científica. (Actualmente (año 2006) existen más de 395 sitios para tierras húmedas, señalados en 46 países). Sin embargo, es de importancia crítica recordar que casi todas los humedales desempeñan funciones importantes. Los sitios grandes o “en listados” no son los únicos a ser considerados en la preparación de los proyectos.

Humedales destacados[editar]

Una garza mora, en los Esteros del Iberá, Argentina.
Humedal Santa María del Lago, parte del circuito de Humedales de Bogotá.

Véase también[editar]

Notas y referencias[editar]

  1. «Copia archivada». Archivado desde el original el 8 de diciembre de 2015. Consultado el 27 de enero de 2019. 
  2. Altschul, Monique (1 de agosto de 2010). Género y corrupción / Gender and Corruption: Las mujeres en la democracia participativa. Libros del Zorzal. ISBN 9789875991705. Consultado el 21 de febrero de 2018. 
  3. Diccionario de la Lengua Española - Chucua
  4. Vela, Norma Angélica Chávez (2006). Glosario de Biotecnología. UAA. ISBN 9789707280496. Consultado el 21 de febrero de 2018. 
  5. Wright, V.P.; Platt, N.H. (1995-10). «Seasonal wetland carbonate sequences and dynamic catenas: a re-appraisal of palustrine limestones». Sedimentary Geology (en inglés) 99 (2): 65-71. doi:10.1016/0037-0738(95)00080-R. Consultado el 9 de febrero de 2024. 
  6. Suarez-Gonzalez, P.; Quijada, I. E.; Benito, M. I.; Mas, R. (27 de enero de 2015). «Sedimentology of Ancient Coastal Wetlands: Insights From A Cretaceous Multifaceted Depositional System». Journal of Sedimentary Research (en inglés) 85 (2): 95-117. ISSN 1527-1404. doi:10.2110/jsr.2015.07. Consultado el 9 de febrero de 2024. 
  7. a b c Davidson, Nick C. (16 de octubre de 2014). «How much wetland has the world lost? Long-term and recent trends in global wetland area». Marine and Freshwater Research (en inglés) 65 (10): 934-941. ISSN 1448-6059. doi:10.1071/MF14173. Consultado el 28 de septiembre de 2017. 
  8. a b «Convención relativa a los humedales de importancia internacional especialmente como hábitat de aves acuáticas». https://www.miteco.gob.es/. Ramsar: UNESCO. 2.2.1971. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  9. «6 tipos de ecosistemas». 
  10. Vepraskas, Michael J.; Richardson, J. L.; Vepraskas, M. J.; Craft, Christopher B. (15 de septiembre de 2000). «Hydrology of Wetland and Related Soils». Wetland Soils: Genesis, Hydrology, Landscapes, and Classification (en inglés). CRC Press. pp. 35-84. ISBN 978-1-4200-2623-8. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  11. a b c Keddy, Paul A., 1953- (2010). Wetland ecology : principles and conservation (2nd ed edición). Cambridge University Press. ISBN 978-1-139-22365-2. OCLC 801405617. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  12. Silliman, Brian R.; Grosholz, Edwin D.; Bertness, Mark D. (3 de junio de 2009). Human Impacts on Salt Marshes: A Global Perspective (en inglés). University of California Press. ISBN 978-0-520-25892-1. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  13. Ponnamperuma, F. N. (1 de enero de 1972). Brady, N. C., ed. Advances in Agronomy (en inglés) 24. Academic Press. pp. 29-96. doi:10.1016/s0065-2113(08)60633-1. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
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  15. a b «Reservoirs of Biodiversity». Wetland Ecosystem Service (Facsheet 6). 
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  17. Davidson, Nick C. (16 de octubre de 2014). «How much wetland has the world lost? Long-term and recent trends in global wetland area». Marine and Freshwater Research (en inglés) 65 (10): 934-941. ISSN 1448-6059. doi:10.1071/MF14173. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
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  19. a b c Lévêque, C.; Balian, E. V.; Martens, K. (1 de julio de 2005). «An assessment of animal species diversity in continental waters». Hydrobiologia (en inglés) 542 (1): 39-67. ISSN 1573-5117. doi:10.1007/s10750-004-5522-7. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  20. «Les mammifères des zones humides». Zones humides infos (Société nationale de protection de la nature) (N° 64-65). 2009. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  21. Weller, Milton W. (18 de febrero de 1999). Wetland Birds: Habitat Resources and Conservation Implications (en inglés). Cambridge University Press. ISBN 978-0-521-63362-8. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  22. Murray, James L. Frogs : biology, ecology, and uses. ISBN 978-1-62081-882-4. OCLC 839304427. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  23. White, Arthur (June 2004). «Frogs as bioindicators». Frogfacts (9). Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  24. Saber, Samy; Tito, Wondwosen; Said, Rashad; Mengistou, Seyoum; Alqahtani, Abdulaziz (2017/01). «Amphibians as Bioindicators of the Health of Some Wetlands in Ethiopia». The Egyptian Journal of Hospital Medicine (en inglés) 31 (4075): 1-8. doi:10.12816/0034635. Consultado el 24 de septiembre de 2020. 
  25. El proyecto internacional Ecolagunes finaliza tras dos años de trabajo centrado en la conservación de humedales.
  26. Descripción general de los humedales. Consultado el 28 de diciembre.
  27. Reconocimiento de Humedales hidrológico-estructurales
  28. «Clima tropical: caracteristicas, tipos y ejemplos». 
  29. Dugan, Patrick J. (1992). Conservación de humedales: un análisis de temas de actualidad y acciones necesarias. IUCN. ISBN 978-2-8317-0118-9. Consultado el 17 de abril de 2020. 
  30. «La mitad de los ríos, humedales y acuíferos españoles están en mal estado». ECOticias.com. Consultado el 16 de noviembre de 2017. 
  31. FullOutdoor (12 de julio de 2017), Podcast 11 07 17, consultado el 28 de septiembre de 2017 .
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  36. The Ramsar Convention (actualizado: 4 de julio de 2011). «The Annotated Ramsar List: Argentina». Archivado desde el original el 28 de agosto de 2010. Consultado el 2 de noviembre de 2011. 
  37. Laguna de Rocha.
  38. Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic.
  39. La crisis de los humedales en España.
  40. Charca de Suárez.
  41. muniventanilla.gob
  42. Humedales de Villa María en Chimbote.
  43. «Recorrer los Humedales de Santa Lucía». turismo.gub.uy. Consultado el 9 de noviembre de 2021. 

Bibliografía[editar]

  • Banco Mundial. 1986. "Wildlands: Their Protection and Management in Economic Development". Nota Política Operacional, 11.02. Banco Mundial, Washington, D. C.
  • Crisp, P. 1986. Coastal Wetlands. Wellington, Nueva Zelandia: Nature Conservation.
  • Dugan, P.J., ed. 1990. Wetland Conservation, A Review of Current Issues and Required Action. Gland, Suiza: IUCN.
  • Drijver, C.A., y M. Marchand. 1985. Taming the Floods: Environmental Asoects of Floodplain Development in Africa, Leiden, Países Bajos: Centro de Estudios ambientales.
  • Ledec, G., y R. Goodland. 1988. Wildlands: Their Protection and Management in Economic Development. Washington, D.C.: Banco Mundial.
  • Lugo, A.E., y otros. 1989. Forested Wetlands Nueva York: Elsevier Scientific Publications.
  • Scodari, P.F. 1990. Wetlands Protection: The Role of Economics.Washington, D.C.: Environmental Law Institute.
  • Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Wetland Conservation and Sustainable Development Gland, Suiza.

Enlaces externos[editar]