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Jóvenes de Ciego de Ávila participan en espacios vitales de la provincia

Los muchos deseos de aportar al país fueron comprobados por el Buró Nacional de la UJC en su visita integral a Ciego de Ávila

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

ECUADOR, Baraguá, Ciego de Ávila.— Es el olor de la industria. Afuera, en el batey del poblado de Baraguá, es el aroma del guarapo caliente. Dentro, en medio de los hierros y maquinarias del central Ecuador, son los olores que surgen de la fábrica. Es el aire que surge de la mezcla de agua, vapor, miel hervida. Y también azúcar.

«Los turnos por la noche son fuertes, sobre todo en las calderas donde hay varios jóvenes; hay que estar encima de los parámetros de presión, cualquier fallo puede detener el central», dice Yuskiel Reyes Ríos, técnico del central y secretario general del comité de base de esa instalación, donde laboran 97 jóvenes, de los cuales 40 integran las filas de la UJC.

¿Qué piensan esos jóvenes? ¿Cuáles son sus expectativas de vida, de trabajo y áreas de estudio? ¿Qué creen de la organización, y qué debaten junto con sus amigos de las transformaciones en el país? Esas fueron las preocupaciones que surgieron en la visita integral desarrollada por el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) a la provincia de Ciego de Ávila concluida con un encuentro con jóvenes de la Universidad de Ciencias Pedagógicas (UCP) Manuel Ascunce Domenech.

Sentir el pulso joven

Los intercambios de los dirigentes de la UJC abarcaron, entre otros, a jóvenes de las universidades avileñas, los dos hospitales provinciales, centros productivos de la construcción como el Molino XX Aniversario, hoteles en el destino Jardines del Rey, entidades del sector del transporte, unidades de producción agropecuaria, de la alimentaria y nuevas formas económicas surgidas con la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

En el caso de la industria azucarera, donde hoy unos 800 avileños laboran en puntos vitales, el énfasis es mayor a partir de la atención de la UJC de la provincia a ese sector, el cual logró alcanzar las 100 000 toneladas de azúcar el pasado jueves 7 de marzo y hoy registra más de 15 000 toneladas por encima de las obtenidas en igual fecha del pasado año.

Uno de los temas a discusión fue la permanencia de la fuerza calificada en la industria y la atención a las plantaciones cañeras, en lo cual la juventud desempeña un papel esencial con el ingreso a las especialidades de perfil agropecuario, tanto en las universidades como en la formación de obreros calificados.

Estudiantes del politécnico Zenén Mariño dieron sus impresiones, como Leordanis Alemán Martínez, quien se encuentra de prácticas en el central Ecuador junto con un grupo de compañeros. Como a sus amigos, le gusta la mecánica y vieron en la industria azucarera una posibilidad de canalizar sus inquietudes.

«Aquí el trabajo es duro, aunque uno aprende —comenta—. Ayer tuvimos que pegarnos con la gente de más experiencia para sacar unas mazas que se rompieron. Fue la noche completa, tuvimos que dar mandarria y embarrarnos de grasa por todas partes. Pero al final, con todo lo jovencitos que estamos, sacamos adelante el problema. Y ahí lo tiene: el central funciona».

El país cambia, la esencia se mantiene

En Ceballos, en la finca La Julia, del joven campesino Yoanky Pino, se apreció el funcionamiento de una minindustria, adscrita a la CCS José Martí, en convenio con la Empresa de Cítricos de Ceballos, y que ha permitido diversificar las producciones agrícolas a escala local. Allí la casi totalidad de la fuerza laboral es joven y son vecinos de la zona.

Uno de los más interesantes diálogos ocurrió en la UCP Manuel Ascunce Domenech, donde se desarrolla el proceso asambleario de base del Congreso de la FEU. Allí los jóvenes debaten sobre el éxodo de maestros, que hoy vuelve a afectar seriamente a la provincia; el fraude, el protagonismo de la juventud y también sobre los cambios y conflictos del país, como los salarios, la presencia de los jóvenes en los medios de comunicación, los cambios en la política migratoria o en el modelo económico, por solo mencionar algunos temas.

En los intercambios se hizo visible que el país cambia, pero que las esencias se mantienen. La dirección de la UJC se preocupó por el éxodo de maestros, incluso por la salida de jóvenes de las carreras de Lenguas hacia el sector turístico, una vez que ya cuentan con las habilidades básicas del idioma. En ese sentido invitó a debatir con transparencia, de manera respetuosa e inteligente, y tener siempre muy en cuenta a la juventud no militante, que también tiene mucho que aportar.

Al respecto, Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, aseveró: «La UJC y sus dirigentes tienen que acercarse a los jóvenes en la base, sean militantes o no, explicar las transformaciones que se desarrollan en el país, convencer, no imponer. Tenemos una juventud muy diversa, con muchas inquietudes y deseos de hacer, y cada uno es un reflejo de esa gran juventud, que es la cubana».

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