La oposición dice que el fichaje de Rato es un «escándalo de corrupción política»

Madrid / Agencias

ECONOMÍA

Recuerdan que fue quien privatizó Telefónica, que lo ha nombrado consejero

06 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las primeras reacciones al fichaje como consejero asesor de Telefónica Latinoamérica y Telefónica Europa del expresidente de Bankia y exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, no han podido ser más críticas.

El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, recordó que fue Rato quien privatizó Telefónica durante el Gobierno de José María Aznar y que el expresidente de Bankia ha liderado «el peor hundimiento bancario de la democracia». A través de su cuenta de Facebook, López recalcó que con estos precedentes, «no es una buena idea» que Telefónica fiche a Rodrigo Rato, imputado además por varios presuntos delitos en su paso por Bankia. Para el número tres de los socialistas, el nombramiento va a despertar la «legítima indignación de muchos», especialmente entre las «víctimas de la estafa de las preferentes».

Por su parte, el secretario general del PSM, Tomás Gómez, lo calificó de «auténtica vergüenza» y apuntó que, observando las últimas contrataciones de Telefónica, ya solo le falta que la multinacional fiche al expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán. Lamentó el hecho de que las empresas públicas estén «al servicio de los intereses del Gobierno».

También para el diputado de Izquierda Unida en el Congreso Gaspar Llamazares el nombramiento de Rodrigo Rato es un «escándalo» que debería conllevar medidas reales que «eviten la corrupción entre lo público y lo privado». «Es un escándalo que los malos terminen siendo objeto de bonus», opinó, al tiempo que afirmó que da «la impresión de que no es una empresa de telefonía sino de charcutería».

«Estamos ante un escándalo de corrupción política, de total insensibilidad social con el paro», dijo Llamazares, para quien serían necesarias medidas adicionales en materia de incompatibilidades. El fichaje llega además, subrayó el parlamentario, en un momento de «especial gravedad» por la difícil situación que está pasando buena parte de la población como consecuencia de la crisis. «Los ciudadanos ayer mismo [por el viernes] decían que sus mayores preocupaciones eran la corrupción y el fraude», indicó Llamazares. «De eso hablamos cuando nos referimos a la puerta giratoria de la política a la empresa, de la empresa a la política, de la política al Fondo Monetario Internacional, del Fondo Monetario Internacional a Bankia», y de Bankia ahora a Telefónica, enfatizó.

Los hechos demuestran que a Rodrigo Rato no le faltan contactos. Tras abandonar voluntariamente la gerencia del FMI, volvió a España y se incorporó al banco de inversiones Lazard. Por las mismas fechas, el presidente del Santander le nombró miembro de la élite de expertos integrantes del consejo asesor internacional del grupo. Y la corporación bancaria que fue el germen de la actual Caixabank le designó presidente de un órgano similar. En Lazard, Rato asesoró a empresas, Gobiernos y otras instituciones y también a particulares con sustanciosos patrimonios en operaciones de fusión o reestructuración. Su sueldo fue estimado entonces en unos 3 millones de euros, que se sumaron a la pensión fija de 35.900 euros anuales que tiene asignada como jubilado del FMI. En Bankia, su retribución anual fue de 2,3 millones en el 2011 y estaba limitada a 600.000 euros por ejercicio.