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La lente es muy similar a la que se utiliza habitualmente. / REUTERS
Desarrollan una lentilla capaz de curar la ceguera a pacientes con la córnea dañada
SOCIEDAD

Desarrollan una lentilla capaz de curar la ceguera a pacientes con la córnea dañada

El secreto consiste en impregnar la lente con células madre e implantarla por un procedimiento muy sencillo y económico

JOSÉ MANUEL NIEVES

Sábado, 30 de mayo 2009, 02:36

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No se trata de una broma. Investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sidney, han desarrollado una lentilla capaz de devolver la vista a pacientes con la córnea dañada. El secreto consiste en impregnar la lente con células madre. Después, no hay más que implantarla y el paciente recupera la visión.

Según los investigadores, la vista «mejora de forma significativa» a las pocas semanas de aplicar el procedimiento que, además de ser muy sencillo, resulta económico y requiere muy poco tiempo de permanencia en un hospital.

El equipo de la Escuela de Ciencias Médicas de la universidad australiana recolectó primero células madre de los ojos sanos de los propios pacientes, para utilizarlas después en las córneas dañadas. Las células madre fueron cultivadas junto a lentes de contacto corrientes, que al final del proceso se colocaron, sencillamente, sobre los ojos dañados por un periodo de diez días. En ese tiempo, las células madre actuaron y regeneraron la superficie dañada del ojo.

Aunque por ahora el método sólo se ha utilizado para restaurar córneas, los autores del estudio, que se publica esta misma semana en la revista 'Transplantation', creen que ofrece grandes posibilidades para el tratamiento de un amplio rango de tipos de ceguera, y que un sistema parecido podría ser utilizado incluso para restaurar otra clase de órganos dañados.

Por ahora, se han realizado pruebas en tres pacientes. Dos de ellos con extensos daños en sus córneas, producidos tras múltiples intervenciones quirúrgicas que se les habían sido practicadas para extirpar melanomas oculares; y un tercero con aniridia, una enfermedad genética congénita y para la que no existe tratamiento, cuyas víctimas nacen con ausencia total o parcial del iris. Otras causas por las que una córnea puede resultar dañada van desde quemaduras (químicas o térmicas), infecciones bacterianas o determinados tipos de quimioterapia.

«El procedimiento es totalmente simple y barato -asegura el autor principal del estudio, Nick Di Girolamo-. A diferencia de otras técnicas, ésta no requiere productos extraños, ni animales ni humanos, sino obtenidos del propio paciente. Es un procedimiento completamente no invasivo».

Intervención menor

Di Girolamo destaca, además que «no hacen falta suturas, se trata de una intervención menor. Todo lo que se necesita es obtener una minúscula cantidad (menos de un milímetro) del tejido de la superficie del ojo. Incluso si el tratamiento de esta clase de enfermedad se debe realizar en países del tercer mundo, todo lo que se necesita es un cirujano y un laboratorio donde hacer un cultivo celular. No es necesario equipo sofisticado».

Debido a que se utilizan células madre obtenidas del ojo del propio paciente, el procedimiento resulta ideal para aquellas personas que tienen un solo ojo enfermo, aunque, señala el especialista, también funciona en pacientes que tengan los dos ojos dañados. Es el caso del paciente afectado de aniridia, enfermedad que le afectaba a los dois ojos. «En ese caso -señala Di Girolamo- en lugar de tomar las células madre de la córnea sana, las obtuvimos de otra parte del ojo, el tejido conjuntivo, que también es rico en células madre. las células madre son perfectamente capaces de cambiar de uno a otro fenotipo tras ser colocadas en la córnea. Esa es precisamente la belleza de estas células». La lente de contacto utilizada durante las pruebas es del mismtipo de las que se utilizan de forma común en todo el mundo tras una cirugía ocular, aunque no todas, advierte el médico, resultan aptas para cultivar células madre.

Los investigadores esperan que su técnica pueda ser adaptada y utilizada también en otras partes del ojo, como la retina, y quizá incluso en otros órganos.

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